Yo, trébol

Cuando un trébol está solo y alza su mirada hacia la luna,
le susurra al dulce viento palabras que nadie puede oír

sábado, 9 de fevereiro de 2008

Minirelato: El trébol

Una vez, hace mucho, mucho tiempo, paseaban por una hermosa pradera verde un pequeño niño y su madre. El niño correteaba por el campo con una sonrisa en su dulce rostro redondeado, y la madre sonreía junto a él. De repente, el pequeño se agachó un momento para admirar algo en el suelo. Alzó una mirada expectante a su madre, que se acercó a examinarlo. Ambos de cuclillas, el niño comenzó a hablar rodeado por los brazos porcelanosos de su madre, entre rizos dorados mecidos por la brisa.
— ¡Mira, mamá! ¿Qué es?
— Es un trébol, mi amor. Un trébol de cuatro hojas.
— ¿Un trébol? ¡Qué bonito! Una... Dos... Tres... Pero mamá, sólo tiene tres hojas. ¿Por qué dices que es de cuatro hojas si sólo tiene tres?
— Fíjate en cada hoja, mi amor. ¿Ves qué forma tienen?
— ¿Cada hoja? Cada hoja... ¡es un corazón!
— Y este trébol a su querida y amada tierra esmeralda uno le dio, uno que jamás le será devuelto. Por eso ahora tiene tres hojas tan sólo, mi amor.
— ¿Y los otros tres? ¿A quién se los dará?
— A nadie, mi amor. Los necesita para llorar el que perdió.


1 Comments:

At 10:33 da tarde, fevereiro 24, 2008, Blogger Maren said...

Deixo o meu comentário!!!

Pues, q me gusto el retoque de la foto!!

 

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