Yo, trébol

Cuando un trébol está solo y alza su mirada hacia la luna,
le susurra al dulce viento palabras que nadie puede oír

domingo, 19 de novembro de 2006

Caminar

Esta semana estuve por Puertollano, y me lo pasé francamente bien. No hizo demasiado frío, nada del otro mundo al que no estuviéramos acostumbrados cada año por aquí. Tan sólo nos llovió el jueves, y mi flamante paraguas se murió tras cuatrocientos metros gracias al viento, para variar. Por suerte ya tenía mi chubasquero con gorro (¡yuju!). Las conferencias fueron divertidas, y se supone que eran gente importante. La organización fue muy amable, y el lugar donde comíamos cada día estaba muy bien. Por contra, la cena de «gala» (o cómo gastarte 70€ a lo tonto) dejó bastante que desear. He conocido a mucha gente interesante, y hasta parece que conseguí engañar a un par que se fueron creyendo que dije algo interesante allí.

Aunque sea a patita, comienzo a caminar por distintos lares. Hace una semana o dos me propuse ir siempre que pudiera a pasear un rato por la mañana. Hoy he vuelto a pasear, y a lo tonto he aparecido en las rotondas para subir a Cartuja. El otro día fui hasta Medicina, y otras veces callejeo por Plaza Nueva. Me gusta andar, siempre me ha gustado. Ahora me puedo permitir (más o menos) el lujo de andar los más de doce kilómetros que hay, y cruzarme con la gente que camina por allí. Me viene muy bien caminar. Ahora especialmente. Me ayuda a despejarme, me sirve para hacer algo de actividad física (que mucha falta me hace), me sirve para hacer un callejero mental y no perderme, y me sirve para acostumbrarme a estar junto a la gente. En definitiva, intento caminar mientras aprendo a volar.

Un día, espero que no demasiado lejano, podré decir lo que se siente al despedir la tierra y abrazar el cielo.





2 Comments:

At 1:02 da tarde, novembro 25, 2006, Blogger Irene said...

Hola antemil,
Caminar va estupendamente. Gracias a que cada día le dedico una hora a caminar estoy más en forma que antes. Además crea adicción. Cuánto más caminas más quieres continuar. ¿Te pasa lo mismo?
Creo que el contacto de los pies con el suelo repetidamente nos hace más conscientes del entorno y de nosotros en él.
Saludos

 
At 9:54 da tarde, novembro 29, 2006, Blogger antemil said...

Yo tengo la fortuna de no conocer demasiado mi ciudad, que además es una de las más bonitas de España, lo que hace que mis paseos sean el doble de agradables. Además, me sirven mucho para vaciar la mente, y luego me viene muy bien para pensar con mayor fluidez, y últimamente me hace falta.

Es tan bonito caminar...

 

Enviar um comentário

<< Home