Yo, trébol

Cuando un trébol está solo y alza su mirada hacia la luna,
le susurra al dulce viento palabras que nadie puede oír

quarta-feira, 8 de novembro de 2006

Pasa el tiempo, con o sin alas

El tiempo pasa, inexorable. Me gustaría sentirme como aquél cisne que baila en el lago de Tchaikovsky, pero no es así. Hace ya tiempo que decidí dejar hojas y raíces por alas y plumas, mas... ¿de qué me ha servido? No sirve de mucho tener alas para volar si tienes miedo al cielo. Las cosas no van todo lo bien que me hubiera gustado, pero podrían haber ido mucho peor. Podría haber pasado todo el tiempo igual que pasaron antes muchos años: sin ningún cambio. Los cambios siempre dan miedo, y ahora le toca el turno a ese extraño vértigo que hace que un asustado corazón se encoja en cuanto las alas se despliegan y las patas despiden lentamente al suelo. Pero ya lo sabía. Sabía que las alas no otorgaban una libertad inmediata. ¿De qué me han servido? De mucho, en realidad. Ahora estoy preparado para volar cuando llegue el momento, una cosa que antes no era capaz ni de plantearme. Sólo resta seguir creyendo que puedo volar sin caer, y que la tierra debe de ser un lugar mucho más hermoso contemplada desde arriba. Sólo me entristece pensar que algunas aves que me alentaron para alzar mi vuelo ahora han decidido posarse entre las ramas, temerosas de volver a surcar los cielos, dubitativas de haber encontrado algún halcón entre la bóveda celeste siendo paloma, o de haber abatido palomas siendo halcón. Pero el tiempo pasa, inexorable. Y mientras imaginaré que soy capaz de volar, y que no lo hago solo; no me importa si estoy acompañado de un gorrión, paloma o halcón: yo seré una urraca, una urraca libre bajo el sol.






2 Comments:

At 8:45 da tarde, novembro 10, 2006, Anonymous Anónimo said...

Hola Antemil, creo que todos los cambios son para mejor,aunque los cambios nos resulten estresantes.

Lo más difícil es atreverse a modificar algo y alterar tu vida cotidiana. El miedo es el enemigo de la felicidad. Tú has conseguido tus alas: El paso más difícil. Ahora solo tienes que perder el miedo a volar y lo demás vendrá rodado. Te gustará el cambio, verás que los cambios son buenos, que vuelas por el cielo y disfrutas de la libertad. Yo ansío tener alas y miro desde la tierra el espacio aéreo para ver sobrevolar las aves. Siento una cierta envidia. ¿Cómo consiguieron sus alas? Me da miedo el precio que tengo que pagar para conseguirlas. El miedo, siempre nos impedirá volar. Por eso, desde mi cobardía,te animo a mirar el mundo con vista de pájaro.
Feliz vuelo,hazlo por tí y también para todos los que miran hacia arriba, con esperanza.
Saludos

 
At 8:46 da tarde, novembro 11, 2006, Blogger Miauz said...

Lo malo de la libertad es ser capaz de asumir las consecuencias de las decisiones.

Volar requiere una gran responsabilidad, porque puedes chocar con alguien en tu camino... pero no intentar volar nunca sería la mayor locura que podrías cometer.

 

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