La vuelta al futuro incierto
Sábado medio día, salida. Madrugada, llegada. Mejor que la ida, peores horas. Trabajo acumulado por días sin estancia. Toca ponerse al día, avanzar lo que se pueda. Hay cosas que no se pueden hacer, ya es demasiado tarde. Hay que abandonarlas y aparcarlas. Algún día se harán, espero. Saludo a mi musical compañero, extrañado en tierra extraña. Hablo con él, y él me habla. Las cosas no han cambiado mucho por aquí. Todo sigue igual. Nuevas noticias, la lista del futuro ha salido. Siguen sin cambiar, la esperanza es lo único a lo que me puedo aferrar. Caminaremos sobre piedras, una vez más. Si las piedras en cristales se tornaran... ¿volvería a caminar? Prefiero no pensar en eso, y avanzo el paso. Un futuro espera en algún lado, temeroso de ser encontrado, temeroso de encontrarlo. ¿Será bueno? ¿Será malo? No pienso esperar que me alcance, seguiré avanzando para intentar elegirlo yo. Es difícil, es agotador, pero no tengo muchas más opciones. Seguiremos caminando por la senda del tiempo, hasta que nos caigamos por el borde del mapa, o hasta que encontremos una cruz que marque el tesoro, o hasta que la azabache dama de la guadaña me visite por fin, antes de lo que todos esperamos.
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