Año tras año
Y, de entre todos los que he existido, ahora siento que vuelo, que soy más urraca que nunca, que estoy por fin cerca del cielo, y sigo ascendiendo.
Gracias a todos por estar ahí.
Cuando un trébol está solo y alza su mirada hacia la luna,
le susurra al dulce viento palabras que nadie puede oír