Pollo teriyaki
Tras una fantástica velada y cena el sábado pasado en la que probé por primera vez el pollo teriyaki de manos del magnífico anfitrión, decidí probar la elaboración de dicho plato. Como no tuve la fortuna de recibir aún la receta del mismo, tiré de la wikipedia y encontré una receta básica.
Así pues, y haciendo gala de la imaginación desbordante que me caracteriza y dada la escasez tanto de mirin como de sake, los sustituí por cerveza y vino blanco.
La lista final de ingredientes se resume en:
- Salsa de soja
- Lata de cerveza
- Vino blanco
- Azúcar
- Cebolla
- Calabacín
- Zanahoria
- Pollo
- Arroz
La elaboración seguida se puede condensar en los siguientes pasos:
- Calentar la salsa de soja junto a la cerveza y el vino blanco
- Disolver el azúcar en la salsa poco a poco
- Añadir calabacín y zanahoria en rodajitas
- Añadir la cebolla picada
- Dejar reducir
- Limpiar el pollo para evitar futuras sorpresas
- Dejar reducir más
- Cortar el pollo en cachitos
- Dejar reducir más todavía
- Dejar enfriar la salsa
- Juntar el pollo con la salsa tibia
- Dejar reposar pollo y salsa en el frigorífico durante un día para que empape bien el sabor
- Separar la salsa de los tropezones con un colador
- Cocer el arroz
- Hacer los tropezones a la plancha en una sartén
- Calentar la salsa junto a los tropezones previamente planchados
- Sacar el arroz y el pollo con la salsa
El resultado del pollo con la salsa se puede ver en esta imagen:
Y aquí se puede ver el arroz mezclado con un poco de lo anterior:
Para terminar, unas notas mentales sobre lo que debe corregirse para próximas veces:
- No echar el bote entero de salsa de soja. Hay que recordar que la salsa de soja tiene mucho potenciador del sabor.
- No reducir tanto, que luego cuando se enfría se queda en nada.
- La zanahoria hervida es dulce. El calabacín hervido es dulce. La cebolla hervida es dulce. El azúcar es... azúcar. Dulce + dulce + dulce + salsa de soja = tropezones blandos con sabor a salsa de soja.
- Según la receta, el mirin es el ingrediente más importante, no la salsa de soja. Como dice el refrán... Más vino y menos soja hacen la salsa más sabrosa.
Aparte de todo lo que pueda parecer, este intento se considera un éxito, ya que los fallos aparecidos son de origen conocido y fáciles de subsanar en siguientes intentos (que los habrá).